Mireia – Comuniones 2015

Sería equivocarme empezar diciendo que cada reportaje de Comunión tiene su propio estilo. En realidad, son los niños los que imponen su carácter al reportaje, los que secuestran el ojo fotográfico, la mirada selectiva, los que provocan esa alineación mágica entre cabeza, ojo y corazón en cada fotografía.

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Y Mireia lo consiguió desde el primer momento. Siempre comento a todo el que se pone por primera vez delante de mi cámara que al principio nos cuesta un poco a todos. Los primeros veinte minutos son para romper el hielo. Pero Mireia, y en general todos los niños, solo necesitan dos minutos para mostrarse como son.

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Y no hay más que dejarse llevar, proponer y conseguir, facilitar y recibir. En fotografía, como en la vida, es más sencillo de lo que creemos ser feliz, lo complicado es ser sencillo, dejarse llevar, adaptarse a lo que se nos propone en cada oportunidad. Sin más.

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Mireia propone una mirada dulce, en apariencia frágil y una sonrisa tímida en primera instancia pero siempre muy confiada. Transmite muchísimo con pocos gestos y, en ocasiones, los movimientos de sus cejas lo dicen todo. Así, entre foto y foto, Mireia y su hermano, complicidad explícita, conquistaron la cámara y la mirada del fotógrafo. Así fue su reportaje.

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